En aquellos años, los jóvenes se cargaban, se reian de todo, era alegres, eran muy auténticos, y hubieron muhas anécdotas. El Eduardo, recuerdo, hacia mirar a un pequeño espacio del patio interno, y decia algo asi: --¡Cuidado!...¡no le pisés!...Pero no había absolutamente nada, y así, todos miraban el lugar, y se juntaban de ocho,mirando....jaaa!.
Después una mañana le dijeron a la profesora de geografía--¿Nos puede indicar en el mapa donde está la isla de Guilligan?....Y la profesora buscaba en el mapa, varios minutos...--A veeerrr....a veer!.....
Uno de los jóvenes, en un año del secundario, desplegaba un condón, y se lo mostraba a la profesora de inglés, pero claro, cuando ella estaba dada vuelta y escribiendo en el pizarrón...
Hay otra versión de la profesora de geografía que decían que le preguntaban por la isla de Trulalá...(la del personaje, de Hijitus de Garcia Ferre, en Argentina).
Una vez pusieron en el mástil de la bandera del patio de la entrada del colegio, un sapo, un corpiño y también una bombacha...
Lo menos que hacía Jorge, era tirar por la ventana el libro de temas del aula, o rayar con una moneda un auto último modelo....
Una vez Eduardo estaba cubriéndose el pantalón en el aula, y no se dejaba mirar....se escondía, y se escondía....Y las chicas preguntaban y preguntaban:--¿Qué te pasa Eduardo?....Y el tipo no decía nada, hasta que en un momento, se acerca a una y sacándose la mano de la parte de adelante del pantalón le dice:
--¡Esto me pasaaa!...(tenía toda la bragueta rota!...)
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