Me encuentro caminando de vuelta de una cena. Voy por una plaza, cuando veo a alguien que está arriba de un árbol. Miro. Hay una especie de silueta que se balancea en la copa del vegetal. ¡Una mujer o que!. Hacia muecas, y me levantaba el dedo medio. Ja!. Entonces, noto que se tira del árbol. Cae.
Y yo la noto de frente. Es una dulce señorita. Pelo rojo, y sombrero alto. Botitas coloradas. Agradable a la vista. Lleva una escoba. Empieza a limpiar la vereda.
--Es que mi suegra ahora ha ensuciado la acera...¡por qué son tan sucias!..
--¿Las veredas?..
Le digo yo.
--No...¡las suegras!...jaaa!.
Contesta la brujita.
Levanta vuelo, y se coloca a la altura del poste de la luz.
Yo me restriego los ojos y voy al baño, a lavarme la cara.
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