Iba por la calle Boulogne Sur Mer, en Mendoza. Y cuando pasaba por la cárcel, noto cómo se bajaba del muro un convicto.
--¡Alto!--grita un policía.
Y noto que a la entrada hay dos mujeres-una la mujer del reo- que pelan ambas, sus tetas.
El custodio, se distrae, y el preso gana la calle.
No lo encuentran más.
Las mujeres, son detenidas.
Después me entero que el convicto desde algún lado, le habla por el celular a su esposa:
--¡Excelente!...Ya te voy a enviar a mi cuñada, para que también pele unas tetas, y asi, te escabuyes.
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