Dos jóvenes se encuentran en un café:
--El otro día, soñé que le decía a Mirta, que me quería acostar con ella. Y que la pasabamos muy bien en la cama. He pensado decirle eso, esta tarde.
--Bueno...¿el sueño o que te queres acostar con ella?
--Las dos cosas; a ver qué dice.
Y entonces, Juan, el sudodicho, está a la tarde con Mirta.
...--Soñé que me quiero acostar con vos. ¿Lo hacemos esta noche?
La chica lo mira displicente y contesta:
--¿Y no soñaste, acaso, que tenías buena pinta, y que eras musculoso y agradable a la vista?. Los sueños, sueños son, decían Calderon de la Barca...
Y el pibe, revolvio el café, y no dijo más nada.
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