Me voy caminando a la Biblioteca San Martín. Llego y dejo dos libros; pido otro. Luego tomo el micro. Pero antes converso con una chica muy simpática. Toma el celular, y le habla el novio. Le comenta que habla conmigo y el tipo se pone celoso. Lo capto porque ella dice que lo deje de molestar, que sólo es un pasajero del micro. Y lo manda a la mierda.
--Bueno, lo mandaste a cagar. Claro,qué se cree. No es un buen novio.
--No...es un pelotudo. Siempre me hace lo mismo.
--Bueno, te invito a tomar un café.
--Pero ahora viene el micro.
--Dejémoslo. La vida es corta. Dale,vamos.
Entonces, me mira, y acepta. Tomanos el café en un bar de una cuadra. Me cuenta una vida muy azarosa.
Y luego de encender varios cigarrillos, se pone a llorar. Le doy el hombro. Entonces, luego de consolarla, la llevo a dar una vuelta por la calle San Martín. Entra en un bar, y pide un vaso de agua. Ya va un rato, y nos vamos a tomar el ómnibus. Subimos, mientras me sigue contando su vida. Nos sentamos juntos. Cuando veo que tiene mucho pelo en las piernas. No caí en la cuenta. En los brazos idem; tampoco me abiché. Los rasgos angulosos de la cara.
--Deseo que seas muy feliz. ¡Me acabo de pasar de calle!.
Bajo, cinco cuadras antes de mi barrio. Mejor así. No me quiero atropellar un semáforo. No sé si me explico. Ja!.
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