Venía de trabajar en el trole, vendiendo mi catálogo de cosméticos. Había ido también a la casa de fotografía, y tomado en un bar, un té con leche. Todo muy bien. Y mejor, con esta humorada.
Porque tomo el trole de vuelta, y el conductor,iba a las frenadas, no más. La gente se caia adentro. Ja!. Uno protesta; otra mujer, no sé qué dice. Y salto yo, dos veces.
---¡Larga los frenos!...
Y seguía no más el tipo.
De nuevo yo:
--¿Estas haciendo un curso?.
Un tipo que hablaba por celular se rie. Otra mujer,también.
¡Estos trolebusistas han aprendido a manejar en los autitos chocadores de los parques de diversiones!. Jaa!
Y asi, está el transporte, acá.
Aunque usted no lo crea. De Ripley. En la dimensión desconocida y descocida.
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