Resulta que salgo al patio a hacer compost. Y están los gatos mios. Uno de ellos, -el Tito- está acostado en el césped. Me le acerco y le digo:
--¿Cómo anda usted?.
Y pasa por la calle, un afilador de cuchillos, que sin notar que le decia eso al gato, me dice:
--Bien, gracias!...¿no quiere afilar algo,amigo?.
Ja!. Lo miro y aprovecho para decirle:
--Si, me gustaría afilar con alguna chica. Que sea un bombón, claro. Ja!
--Ahhh...jaa!..yo tengo a mi hija que está sola. ¿Tiene mucho dinero?..Vamo y vamo...ja!
Nos reimos.
Aunque usted no lo crea. De Ripley. En la dimensión desconocida y descocida.
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