Me levanté con una gastroenteritis. Fue ayer. Ya me había comenzado el 1 de enero, a la noche. Mi papá me da la clásica pastilla de carbón. Pero igual desido ir a ver al médico al hospital Lagomaggiore, que está a metros de mi departamento. Va!. A 3 cuadras. Cuando voy por la calle, veo a una parejita de discutiendo. El pibe la persigue, y ella, no quiere saber nada. Le grita cosas. No quiero intervernir; a ver si me corta la colitis con una navaja. Ja!.
Luego llego al hospital. Espero una media hora. Vienen unos policias que entran con un reo. El tipo no está esposado. Pero entra con dos mujeres. ¿Las esposas?. Ja!. Uno nunca sabe, en esta época de bigamia. ¿No?. La doctora me llama luego, y la da poca importancia a mi enterocolitis. Pide que haga dieta. Eso hago. A mirar menos mujeres. Ja!. Me vengo cantando bajito a mi casa. Aunque usted no lo crea. De Ripley. En la dimensión desconocida.
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