A las cinco, y a pesar del intenso calor, me tomo el micro para ir al Parque otra vez. Pues, la vida hay que disfrutarla al máximo, a pesar de las inclemencias del tiempo. ¿O usted dice que no?. Por eso, llegué al bar de los Caballitos de Marly, munido con un bolso, y adentro, los prismáticos, un libro, una revista, y el catálogo de cosméticos, por si las moscas. Pido una gaseosa. Hace un calor de aquellos. Le muestro al mesero, los binoculares. Ve y comenta:
--Fuaa!..¡qué aumento!...
--¿Será como el que te tienen que dar a vos, en el bar?..ja!
Se rie. Ja!.
Entonces, leo el libro de astronomía. En eso, llega un micro de diez metros, por 3 de alto. Juaa!. Se baja el chófer a comprar algo al kiosco. Le digo al tipo:
--Che...¿has estacioando el fiat 600?...
Se rie. Ja!.
Luego me voy al bosque a sentarme, y leer un poco más. Veo con los binoculares. Me quedo un rato. Después, me tomo el palo. Tomo de nuevo el ómnibus. Aunque usted no lo crea. De Ripley. En la dimensión desconocida.
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