Voy a entrar al negocio de enfrente de mi casa. Compraría una gaseosa. Ya que viene mi ex-mujer a almorzar. Entonces, al entrar le abro la puerta a dos señoras. Cuando toca el turno para la atención, la vendedora las atiende a ellas. Luego dice una de las mujeres:
--El señor perdió, porque nos abrio la puerta. Pero iba a entrar él primero.
Yo me sonrio y digo:
--No importa. Ustedes son damas.
--Gracias!
Cuando voy a salir, y mientras charlaban un poco las señoras, me interrumpen el paso. Pienso:
"Bueno, no sea que demore y pierda otra vez,ja!".
Salgo y por la calle, tomo la gaseosa por el pico, y me doy un "chapuzón de placer".
Aunque usted no lo crea. De Ripley. En la dimensión desconocida y descocida.
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