Tomo el trole, en la calle Jorge A. Calle de Mendoza, mi ciudad querida. Voy a hacer algunas ventas de cosméticos. Y llego a la casa de Doña Pepa. ¡Qué personaje!. Me atiende:
--¿Cómo estas Oscarcito?..--
--Bien...¿y usted?....venía a buscar el catálogo--,
Aclaro que ya le había hablado por teléfono para ir a su casa a retirarlo.
Empezó a hablar de su familia. Su cuñada, sus hijos, sus nietos, su hermana...
Ella está un poco anciana, pero a decir verdad, es muy bonita, a pesar de su edad.
Hablé bastante, y me contó cosas parecidas a las que relató la última vez.
Pero hizo algo que me causó gracia. Me decía viendo el catálogo:
--Ah...si, este shampú es bueno....a veer....pero ya tengo uno, mejor...es uno que me compró mi hija-...
Yo digo entre mi: "bueno, ahora se va a desidir"...
Entonces, mira una crema y comenta:
.---Ah...qué buena es esta crema....me hizo bien, alguna vez...pero la compré en una casa por aca cerca...no es buena....
Yo pienso "Bueno...a ver si compra algo..."
Y vuelve a ver por lo menos, un tercer producto y parlotea, comenzando a leer la propaganda:
.---Ah...¡mira que bueno este..!...si...pero es muy caro....no...no....Hice una mueca para mí mismo.
Me habla un poco más, unos quince minutos (ya llevaba una hora y media, fácil) y después de haber pedido, nobleza obliga, un shampú para su nieto, me despido y me dice;
--Bueno, cuando cobre traeme el producto....Y por cierto, me dio una seña. Me llevo el catálogo, y me pongo a caminar hasta mi departamento donde mi esposa, me esperaba con unas regias milanesas a la napolitana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario