Cariñoso, bonito, atigresado, mi Tigre, mi gato, hace quince días que no viene al departamento. Ha muerto.
Yo tuve en mi vida más de 40 gatos. Con mi familia, allá en San Martín, y aqui varios. Gatas, la mayoría. En estos años teníamos con mi ex-mujer, que se me fue también, pero no murió, claro, y hace tres meses-dos gatos, machos. Uno, el Tito, que aún anda por aca, y medio triste por la partida de su hermano. Y el que se me fue. Iba y venia, pero volvia, a los dos dias a lo sumo, o menos. No era tan callejero. Le gustaba jugar a veces, pero dormia bastante como todo gato vago. Comia y disfrutaba el estar en el departamento. Y estaba de novio...eh. El día de San Valentín, -de los enamorados- no estuvo con su novia, con la cual tenía un hijo. Ella me preguntó:
--¿Y Tigre que no vino a salir conmigo al bar Los Cuatro Gatos, y regalarme flores como el año pasado?---
--No, Mirna, Tigre....snif...murió....no lo esperes mas...recordalol en tus sueños gatunos...--
---Snif..Oscar...snif...lo recordare siempre. Como un adolescente que era, simpático, y muy lindo. --
Y ella, triste acurrucó a su hijto, lo lamió, y me miró triste.
Asi es la vida. La muerte le toca a todos. Y los gatos, no son la excepción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario