Tomo el micro. Voy al kilómetro cero. Ahí, me espera la clientela. Siempre se dijo "la plata está en la calle". Es cierto. Como la alegría de vivir, incluso. No sólo leer y escribir.
Enseguida ofrezco mi catálogo a la gente en el micro. A una chica, pero me dice que ya vende, también. A otras dos más. Una es extranjera. Me habla en un español entrecortado. No entiende bien; igual, le comento algo de mi empresa. Después, bajo del micro y voy a ver una clienta. No está. Pero me voy a los negocios. Hasta que tomo un café. y escribo algunas cosas.Le digo a una mesera que si desea comprar, y le dejo mi teléfono. En eso veo a una rubia que iba y venia por la peatonal. Miro bien; me pregunto "¿no parece Pilar, la amiga travesti que tengo?". Porque conozco a una traviesa. Si. ¿Cuál es el problema?. Ninguno, para el que no discrimina. Y yo no soy de esos. Ja!. Me levanto y me fijo bien. Se fue por la otra cuadra. Llego a otra calle, y la veo. Enciende un cigarrillo. La veo de atrás. Me le acerco, y la abordo.
--¿No te interesaria vender?...
Cuando me mira, noto que es una mujer no más. Y me contesta:
---Lo que pasa es que yo no soy de acá...
Y pasa la calle, con rapidez. Bueno, por lo menos supe que no era Pilar. Ja!.
Luego voy al baño en un bar. Veo otras mujeres, y me tomo el micro. Al subir, sigo ofreciendo. Escucho una conversación que dice:
--Consiguete unas medias de laycra...
Si, hace frio. Ja!. Pensé. Hay que abrigarse. A una joven le acerco el catálogo y le digo;
--Ya que eres bonita...¿no te gustaría vender cosméticos?...
--No, gracias. Ya he vendido.
Y se sienta, para empezar a hablar por fono. Todas hablan por el celular. Hablan que te hablan. ¿Qué charlan tanto?. Ja!. Llego a mi casa. Hago un video chat, y hablo con un aficionado a la astronomía que me llama. Todo macanudo. Todo bien. Bello. Aunque usted no se depile y no lo crea. En la dimensión desconocida.
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