--Falta bastante...
O voy muy lento, o ella no sabe. Porque hice la pregunta sabiendo la respuesta. No faltaba tanto. Luego veo otra fémina. Con una cámara de fotos. Al toque le digo,haciendo la característica seña:
--¿Te saco una foto?...
--No, ya me estoy yendo.
Y sí, veo que está en la parada de micros.
Cuando paso por una acequia de riego, en cercanías del Andino Tenis Club, me pregunto "¿cómo estará de fría el agua?". Para comprobarlo me siento y me refresco. Tibia, eh. Pero todavía queda algo de nieve. En e suelo del Parque queda aún.
Me siento en un banco. Pero antes paso por otro, y verifico si no se borró el aforismo que puse escrito la semana pasada. No. Aún está. Y el nombre. Y la fecha. Me siento en otro banco. Primero, en uno, pero cae algo de nieve que queda en los árboles. Entonces, me cambio a otro. Tomo mate, y escribo esto, en un papel. En eso, pasan dos chicas:
--¿No quieren tomar mate, chicas?.
Nada. ¡Son tan simpáticas!. Aunque sea porque nevó bastante hoy. Pero son frías como la nieve, che.
Veo pasar coches. Alguna que otra paloma. La nieve son las lágrimas condensadas del firmamento. La blanca tez de Dios. Hecha frío. Helada. La frialdad amable de la naturaleza. Una tarde fresca pero soleada.
Leo algo del autor Osho. Maravilloso. Nos cuenta de la felicidad. "Es algo natural, ¿porqué el hombre sufre?. Envidian a la alegría. ". Después noto que hace mucho frío. Pero antes de irme, saludo a un niño que se me acerca. Chico. Levanto carpa. Ya son las 4 de la tarde, calculo., Igual, pregunto la hora. Y me vengo pa las casas. Camino tranquilo. Contento. Lleno de ganas, aún. De seguir mi vida. Ya, al llegar hago un videochat, con mi amiga Patricia. Aunque usted no lo crea. De Ripley. En la dimensión desconocida.
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