Fui a ver una clienta del monoblock, A. Me dijo que traería el catálogo a mi casa. Luego caminé varias cuadras ofreciendo mis cosméticos. Una de las casas, fue la misma de ayer. No quiso. Otra, tampoco. Caminé unas diez cuadras. En eso, paso por una vereda, y encuentro una pluma en el piso. Una pelusa. La agarro y me la guardo. "Es para el post", pensé. Acordándome del pelusa Maradona, y de mi vecina, la pelusa, Mirta. Segui caminando y después me visita mi papá. Hablamos unos minutos. Escucho música, y escribo este post corto de la mañana Aunque usted no lo crea. De ripley. En la dimensión desconocida y descocida, con hilos de oro y plata.
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