Me dispuse a caminar como lo suelo hacer, hacia la zona norte, y en dirección al puente del zanjón de los Ciruelos, y el barrio San Martín. Caminé y llegué a la calle donde pude observar el pedemonte, y un sol bien grande; una tarde límpida sin una nube. Me paré sobre el puente, y miré hacia el sur. Se veía el zanjón, con mínima basura, sin agua como si se tratara de una gran pista de autos de carrera, con una empalizada a los costados de dos metros, o dos metros y medio. En el sector este en el paredón se lee un graffiti que dice "No puedes ser si no te cambias a ti mismo, y haces que todo lo demás cambie". Muy buena la reflexión.
Me fui a la rotonda del barrio San Martin. Vi un busto de Manuel Llorens, el sacerdote que fundó el barrio. Hay un recordatorio a diez años de su muerte, en 1994. Murió en 1984. Un personaje importante que ayudó a los niños y jóvenes del barrio.
Luego continué el camino. Habian perros de todos los colores.Marrones, grises, y de todos los tamaños durmiendo la siesta en la calle, y en las vereda. Por ahí, saludo a algunas chicas que están haciendo la digestión, seguro, luego de alguna comilona.
--Adios!.
--Chao!
Dice una chica de unos 27 años. Cuando he pasado se escucha que una amiga de ésta grita;
--Negro..¿a dónde vas?...
Me vuelvo y le digo:
---Voy a dar una vuelta...subi que te llevo...
La chica se ríe y se va para adentro de un patio con un portón. La otra me mira, y arregla unas macetas, mientras me contesta:
--Usted pasa seguido por aqui..
--No tan seguido, pero he pasado...veo que venden leña y lechón...
--Si, ya sabe. Cuando guste puede comprar algo.
--No, no me gusta el lechón...
En eso viene un tipo con otro. Me saluda y me dice:
---¿Qué necesita amigo?..
--Nada. Conversaba con ella. Soy del otro barrio. El Cano. Hacia una caminata por este lugar que no conocía.
--Ahh....cuando guste cómprenos algo....andamos mal...eh....
--Si,bueno Me voy. Un gusto. ¡Buenas tardes!.
Me saludan y sigo viaje. Al llegar ya lejos, me detengo porque no hay puente hacia el otro lado. Pregunto acerca de esto a dos chicas, las cuales me indican que no hay puente, y que sigue la calle bastante más allá. Entonces, vuelvo sobre mis pasos en bajada. Pienso "ahora voy con un tiempo menor. Porque en bajada se va más rápido. A la velocidad de la luz, es menor el tiempo.Ja!"
Los perros me ladran. En espacial, uno que casi le piso la cola. ¡Y parecía un rotwailer!. Me miro feo,pero estaba durmiendo la siesta, y ésta en Mendoza es sagrada. No se iba a molestar en morderme. Ja! Sigo el camino, y llego al puente de nuevo. Y bajo a mi barrio. Entro al departamento. Aunque usted no lo crea. De ripley.
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