Corría el año 1993. El doctor Tercero, radiólogo de San Martín, Mendoza, de mi país, Argentina, me hizo trabajar en su consultorio Lo hice sólo por un tiempo, y después, me fui a ser ayudante de una técnica en radiología. Y le llevaba el aparato para todos lados. En aquel año, tenía una motito Garelli, y me llamaba a la mañana, a la tarde, a la noche....me tenía de aquí para allá.
Una vez, entré al sanatorio Argentino, y mientras esperaba no sé que asunto de la técnica en radiología, me dice el doctor José Morcos:
--¿No quieres ver una operación de hueso de pierna?.-
---Bueno..
Le dije.
--Pero tienes que quedarte callado, un rato, y ponerte esta bata. Hay cuatro estudiantes de medicina, que estarán detrás del vidrio este(lo señala) para que vean la operación como práctica médica. Vos te quedás en este lugar(lo señala) sentado o parado, y ves la intervención quirúrgica. Por lo menos, una hora y media. ¿Te la bancas?...
--Si, si..
Me senté con la bata puesta. Me la han colocado unas enfermeras, y estuve viendo cómo le abrían la pierna, y utilizaban un taladro de ferretería para punzarle el hueso de la pierna, y ponerle a la mujer, un tornillo como de mecánico...¡así de grande!....
Está el doctor Morcos, con dos médicos más, y un par de enfermeras.
Me la banco. Siempre me gustó experimentar lo nuevo. Lo he hecho por décadas. Nada más que, muchas veces, uno se deja llevar por el qué dirán, y cree que la vida de epopeyas, no son nada, o son comunes. ¡Nada que ver!. Uno, es y ha sido un luchador y buscador. Cuando se da perfecta cuenta, aprende más de la vida, y hace más y mejores cosas.
En aquel año, yo entraba a las habitaciones de los enfermos del sanatorio. Habian algunos que eran viejitos, y tenían mal de alzehimer, por ejemplo. Otros, me hablaban y me contaban su vida. Yo iba con el aparato por los dos pisos del edificio. Con la mujer, entraba a la sala de rayos, o mejor dicho, al laboratorio de radiología, y me explicaban todo. Llevaba las placas de un lugar a otro. Aprendí que es parecido al revelado de fotos. Fueron unos meses muy lindos.Pero no seguí. Me encargué de continuar con otras experiencias, como creo, debe ser la vida. Variada. Pero llena de amor y esperanza. De novedad. De alegría. Y esto, aunque usted no lo crea....chico...eh...De ripley. En la dimensión más desconocida que nunca; y bien descocida; hilando vida, experiencias y...sueños reales e irreales.
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