AQUELLOS BAILES DE DISFRACES, Y REUNIONES EN CASA.

En los sesenta y setenta, nos solíamos reunir en casa, a contar cuentos.Va!...lo hacian los mayores. Mi hermana y  yo, eran muy chicos. Pero exisitió un hombre, mi tio George, que era un az, contando cuentos. Y otro, que ya nombré aqui, que fue Don Wespi. ¡Qué dupla!. Y estaban -vermout, por medio, con la picada famosa de los años 70-desde las 9 de la noche hasta las 6 de la mañana!. Eran tiempos hermosos. Luego, y a partir, de 1974, los jóvenes de entre 14 y 20 años, nos hicimos nuestras propias fiestas de disfraces. Claro, porque los mayores, a veces, en febrero de carnaval, no sólo contaban cuentos, sino que tambien hacian  bailes de disfraces. Nosotros los pendejos, abrimos fuego por decirlo asi, con el  carnaval de 1974.Yo me disfracé de bebé, y mi hermana de princesa. Ese fue el primer baile, de una serie de tres. Los otros fueron en 1975, el consecutivo, y el tercero, y último, en 1978. Para el del 75, me disfracé de kung fu, que por aquellos años estaba en boga en la televisión.  Y usé mi traje de yudoca, que sólo usé por aquel año un tiempo. El tercer disfraz, fue el de Mujer Maravilla, serie por todos vista, si son de mi generación.Asi fue acabando el ciclo de diversión. ¿Por qué?...Y...todos se fueron a estudiar, se casaron, y hou, los hombres, estamos con la panza gorda; eso si, la mayoría separados o divorciados. Qué le vamos a hacer.  La vida asi y todo, puede ser, igual,  muy hermosa.¿No le parece?.


En febrero de 1978, me disfracé del personaje de Linda Carter, La Mujer Maravilla. Me hubieran visto dando vueltas, detrás de unos arbustos, del patio de mi casa, en San Martin, Mendoza,Argentina.