Desde siempre me gustó cazar autógrafos, y conocer gente famosa. Lo empecé a hacer, como ya lo tengo en otro post de estos blogs, con artistas tales como Pedro Quartucci, y Nelly Beltrán, de Bs As, que pasaron por la provincia en 1978.
Pero después, siguieron Santos Huberto Giunta, el querido "Cañita", fallecido en 1981, del canal 9 de Mendoza. Locutor destacado. Hugo "Cacho" Cortéz, periodista deportivo; Bernardo Rázquin; Dino Palucca, hace pocos años; y Milka Durand, muy recientemente,excepcional actriz y locutora, en un espectáculo donde actuó junto al querido periodista, poeta y humorista, Jorge Sosa. Y a propósito de él, corría el año 2006, cuando hablaba por televisión en el ciclo que hace pocos días, terminó, y escucho su dirección de e mail. Entonces, le escribí y me empezó a contestar. Y después de un año, el 26 de enero de 2007, fui al canal 9, y lo veo. Le llevo uno de sus libros. Se lo muestro:
...--No lo tengo--
Me dice.
--No te lo regalo, porque quiero que me firmes en él,un autógrafo--
Y le hablé dos minutos, para luego firmarme el libro, con una dedicatoria.
Y así, hasta hace un año, nos vimos 29 veces. Una vez, cada dos o tres meses. En una ocasión, le llevé una estatuilla de la isla de Pascua, y la puso en el escritorio de su miniprograma del mediodía. Qué lindo. Ahi estuvo más de un mes. Esos gestos, son bellos. Luego, le llevé un cuadro con la textura de un escorpión, y lo colocaron en la pared, y se vio una semana. Otro hermoso gesto.Nunca me pidió ningún tipo de dato, o sea,alguna certificación, como se podría llegar a suponer. Es un país libre. Y Jorge como el canal, hacen servicios. Porque eso, crea confianza, alegria y autoestima en los artistas. Lo digo, porque durante varios años, pasaron cuadros de todo tipo de pintores, dibujantes; además promocionaba libros, revistsa. Sin ir más lejos, la revista Donde Topa,donde yo escribí durante tres años, la promocionó luego de llevársela al canal. Esta publicación ya desapareció, pero fue una más, de las publicidades que canal 9 y Jorge, no dejaron de hacer durante los casi diez años que duró el microprograma. Además, Jorge escuchaba algunas de mis opiniones acerca de fútbol, politica, y hasta se rió de algún chiste de mi creatividad. Algunas veces, caminábamos por calle Garibaldi, y tuvimos breves charlas. Me alentó siempre a "seguir haciendo cosas". Y destaco: me solía despedir deséandome felicidad. Tanto fue así que yo ahora a la gente que saludo-conocida o no- le deseo lo mismo. No es poca cosa. A la vida hay que festejarla. Y yo creo que Jorge trabaja y vive así.
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