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domingo, 10 de marzo de 2013

DOS VENDEDORAS.

Estoy leyendo un libro. Hace calor. Tengo el ventilador puesto. En eso me tocan la puerta. Veo por el visor,que son dos chicas muy jóvenes, con un bolso grande. Les abro. Me saludan y me dice una de ellas, delgadita, con el ombligo al aire, pelo rubio.
--Disculpe...¿no quiere comprar calsoncillos?.--
Era lo único que me faltaba. Dos chicas,-la otra con el hombre al aire, y tres esrrellas tatuadas, con pantalones ajustados negrros,y blusa blanca- adolescentes en mi puerta, me quieren vender bóxeres.
Lo primero que les digo:
---Ah...no sé...pero yo vendía bombachas alguna vez..jaa!--
Se rien pero la rubia, me saca el  calsoncillo, y aclaro para no ser suspicaz, siquiera, que lo hace desde el bolso que tenía, eh y me lo  muestra. La morochita,de unos 16 años asevera:
..--Mídaselos!--
No sabía si estaba soñando o si se trataba de alguna dupla de importantes dateras, o, en todo caso, y pensando muy mal, de dos bolicheras.-siendo suave.- que deseaban sacarme plata, de todas las formas. Ustedes entienden,eh. Por supuesto, con mi fidelidad a la comunicación y a la alegria, les hice algunos chistes, preguntando ya seriamente, dónde compraban la mercaderia, y si tenian algún patrón.
Me dicen que a un mayorista, y la rubia, acota que sale a vender justo desde ese dia, para ganar algo de plata ya que está....embarazada. Y su aspecto no supera los quince años, eh. Incluso podría ser menos.
El calsoncillo que me muestran tiene algo escrito en la parte delantera y más provocativa, claro, que dice algo asi como "Esta es mi fiera". A todo esto, mi león era amansado por mi conciencia despierta,que si no fuera asi, o la paso muy bien, o me meten preso....igual, después de haberla pasado muy bien, o muy mal...
Les llegué a decir que yo era inspector de la Municipalilidad. La morochita retrocedio dos pasos. Y me pregnnta:
--¿Es verdad?...me da miedo..--
La dejé con la duda. Y tomo mi cadena con medalla, Continué:
--Mira, yo tengo una estrella como las que tienes tatuada ahi,en tu hombro. Y dice "A".--
La mira y acota:
--La A de amor...---
La observo;
.--Entre otras cosas. La A, es la inicial de muchas palabras...---
Sigo con algunas chanzas,y la rubia luego de que digo que no le compraria ahora calsoncillos,pero después ropa, ya que también comercializan otras vestimentas, me pide el nombre, apellido y direcciónión.
No me gustó eso. Sólo le doy mi nombre. El lugar lo conocen, porque,ya estan ahi,claro. Me despido y les vuelvo a decir algo de la inspección.
--No,no soy inspector.Quedense tranquilos.Yo soy vendedor como ustedes. Que tengan suerte. --
Me sonrien,saludan y se van.
¿Qué no es posible?. Todo es posible en la dimensión descocida. 


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