Bueno, hoy me fui a ver una clienta. Le fui a buscar el catálogo. Me pidió un producto. Amorosa. Una rubia de pantalones cortos, jeans, ojos celestes. ¡Me alegro que sea mi clienta!. Y aunque usted no lo crea, gracias a un gatito negro. Si buscan en este blog, van a saber muy bien a que me refiero.
Después de irme a mi departamento, y agradecerle a esta mujer tan agradable, me instalo en la red a escuchar música. Ya tengo el primer cosmético del año.
Después voy a la librería, porque necesitaba comprar fibras negras. Eso hago. Al llegar al negocio, me dice la mujer:
---Con esa plata si usted la muestra asi....no sé...--
--Si, dura poco--
Y la otra mujer que estaba al lado:
---Yo no le dejo nada--
---Claro, eso me pasa con mi mujer. ¡Si lo sabré yo!.--
Y me miran con alegría. Están tan simpáticas, que me pregunto si esta libreria es de verdad o de algún sueño.Como están las minas, las tendría que haber felicitado. Porque muchachos, ni una sonrisa. Ni una mueca. Asi que la flaca que me atendió: un amor. Una palmadita en la colita...asi se etiende....jaa!....
Y Carolina también me dice algo. Porque si ya conocen mi humor, lo que puede pasar de ahora en más.Eh.
Y me dice la chica:
--No te lo envuelvo. --
--Pero si voy a cuatro cuadras!--
Hoy me pregunto ¿qué les pasó a las chicas?...Es muy buena noticia que haya alegría, o humor.Eh.
Algo está cambiando. Aunque usted no lo crea, de ripley.
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