Bueno, esta tarde luego de colocar el televisor en la mesa, y desfondarlo,para empezar a meterle mano, con mi soldador, me cambié y fui a la dentista. La primera mujer en 40 años,que me atiende el área davastada. Mi boca. Un agujero de la capa de ozono. Lleno de...nada. ¡Si me quedan ocho dientes!. Encima hoy iba con la idea segura de que me arreglaba alguno,con anestecia,claro. Caminé las diez cuadras. Y llegué, como acostumbro, temprano. Impuntual. La secretaria del edificio médico, me hace subir al primer piso. Ahí, me siento en el sillón mullido, que tiene ese lugar. Hay más al fondo,una camilla. (?). Y dos o tres sillas; más adelante, como un escenario. ¿Haré alguna vez aqui mi stand up sobre odontología y otros dentistas?. Lo cierto es que espero unos quince minutos. Sube ella. Con zuecos. ¿Se acuerdan los más grandes, de estos zapatos?. Un pantalón marrón. Pelo rubio, con colita. Un maletín. Me saluda y entra al "estudio". Pasan dos minutos y me llama. Entro.
Le doy un beso y me siento en el escritorio. Claro, como ustedes saben, empiezo mi monólogo. Pero algo me contesta. Sobre todo lo que me debe hacer. Pero le digo:
---Ah...tienes vídeos.¿No tienes alguno de ABBA?. ¿O de U2?. --
Agarra la compu, y empieza a teclear.
---Uy!...no tiene sonido...
Pienso "No puede ser. Tan bien que iba todo."
Le contesto:
--A veeer...(mientras veo a U2 pero sin sonido)...proba con ese...(y veo) Maná!...---
Empiezo a escuchar, y veo a los mejicanos.
Se me acerca y pregunta:
--¿Qué quiere primero....el diente de arriba o la extracción?.
Hablando de Maná, digo dos cosas: primero, me pide un "menú", porque hay para hacer de todo en mi boca; segundo, el Maná, es algo que cae del cielo. Ella, la doctora,cayó del cielo. Aqui hoy, no es lo mismo un dolor que antes. Al menos, tenía a cms, a una rubia con ojos bonitos, y con guantes dispuestos para mi boca, ojo, no piensen mal. Si es que pueden. Ja!.
Empieza a trabajar. Me pone la anestecia. Pero en un momento luego de sacarme los lentes, me dice:
---Sáquese los dientes postizos.Aunque igual le puse la anestecia, y se podría trabajar, pero....
--Huy..Dios!...¡me olvidé de sacármelos!.
Me los saco. Qué pelotudo estoy. Claro, una rubia tan cerca, y yo separado, me hace olvidar hasta no saber si estoy en el psiquiatra, en el oculista o en dónde miércoles. Y encima, Maná, con la música romántica. También le aclaro;
--Esta música no se si me viene muy bien,pero...jaa!--
La doctora, sobria , sonrie. Está trabajando. Y me acuerdo del gordo Porcel, allá por los ochenta "Donde se come, no se manicurea". Igual,algún chascarrillo imposible creo que vuelvo a lanzar.
Por supuesto, lo más serio es cuando le aseguro:
"Te felicito. No me dolió nada. Ni la anestecia. Debes haber tenido promedio 8 o 9 en la carrrera. Vamos a andar muy bien".
Y le voy a decir luego que sólo tuve a la doctora Teixidor, en San Martín ,y su esposo. Con éste estuve más de 20 años. Venia y decia "hay que extraer...hay que extraer...no tengo ni la ancia. Ni la lengua casi me deja el tipo!.". Sonrie. Y me cobra. Ah...eso puede haber dolido un poco más. Ja!. La saludo. Vuelvo en ocho días. Estoy recien comienza.
Bajo al edificio y espero a la secretaria. Pasan los minutos. Me tiene que dar el turno escrito. Tenía ganas de volver a entrar. Increíble. Me da el turno, y la saludo. Voy caminando a mi casa. Paso a paso. Como en todos estos últimos cuatro meses. Aunque usted no lo crea. De ripley. ¿Que no es posible?. Si, lo es. En la dimensión desconocida.
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