Me armo un bolso, y meto el libro de Márquez, "Crónica de una muerte Anunciada", con los binoculares. Tomo el micro, y llego al bar de Los Caballitos de Marly.Pido una gaseosa y como una medialuna. Luego, entro al baño del sitio, del bar, y empiezo a observar unas 20 palomas, en el suelo. Lindas, picoteando, limpiándose las alas, yendo y viniendo de aqui para allá. Las vi por varios minutos. Después, caminé por el predio, con césped, y lleno de árboles. En un lugar, hacia un lado, y en el césped, estaban dos chicas. Una hablaba con la otra, y en un momento, se pusieron una frente a la otra, tiradas boca abajo. Y la primera fotografiaba a la segunda. Yo me senté pegado a un gran árbol, y a leer el libro. De tanto en tanto, miraba las palomas, y otras aves. Estuve asi, una media hora o 40 minutos. En eso:
---Paffff!!...
Un coche atropella, en la avenida, a otro por detrás. Se nota que el auto que es golpeado, de color blanco, continúa la marcha. El dueño del que lo impactó, ni siquiera se paró a mirar. No alcancé a ver si eran mujeres, o si alguna de las dos era féminas. Me pareció que si, por el impacto muy burdo que hubo. Porque no había tráfico. No es por menospreciar el la conducción de la mujer. Más bien, porque no se bajaron a pelear. Porque si eran hombres, seguro que continuaban a las trompadas, eh. Eso me pareció, al menos. El auto de adelante, sonó, mal...eh. Y parece que quedó averiado. Igual, se fue. En fin....
Luego de leer un rato, me tomé el palo. Caminé hasta la entrada de la cancha de Independiente Rivadavia. En la esquina de Aristides Villanueva. Ahi estaba el pastelero. Le compré dos estupendos pastelitos. Hablé unos diez minutos de política. De la hinchada de la lepra. Del robo de los políticos. En fin...
Vino un cliente, saludo y me voy.
Camino a ver a una clienta de venta de cosméticos. Paso por una vereda, donde la empleada la lavaba. Digo:
--Disculpe!
Y paso por encima.
Llego a ver a mi clienta, y pregunto algo. Me dice el que parece ser el esposo:
--No está. Viene en una hora.
Saludo y me las tomo. Ya no vuelvo.
Paso por la vereda donde estaba la empleada. Me presento y le hablo de mis ventas.
Quedo en que el 6 de abril, entre las 12 y media y las 2 de la tarde,le llevaré el catálogo.
Me dice que se llama Viviana. La saludo y a tres cuaadras, esta mi departamento. Entro y escribo esto.
Aunque usted no lo crea. De ripley. Y en la dimensión desconocida y descocida.
CON ESTOS PRISMÁTICOS, VI AVES EN EL PARQUE. Y ARBOLES, EN LA CAÍDA DE LA TARDE. HOY. |
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