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lunes, 3 de octubre de 2011

MI PERRO QUE DESPIDE A UN AMIGO....

Mingo, era el perro grisáceo, bueno, inteligente, de nuestra familia por los años ochenta. Siempre, cuando nos visitaba Fernando, un amigo de la familia, él-perro, amable- se le acercaba y era acariciado. Eran amigos. Lo acompañaba por el patio de mi casa. Se le echaba cerca de su sillón y lo acompañaba. Así, por años. Un día, Fernando no vino a nuestra casa. Lo solía hacer todos los días. ¿Qué pasó?....un ataque cerebro-vascular, lo sorprendió la noche anterior. Falleció. Mi novia de esos años-hoy mi esposa- mi madre y una vecina, fuimos a la mañana siguiente al velorio. Mingo, nuestro querido animal, acompañó a mi madre, durante diez cuadras. Y entró a la casa de sepelios. Nuestro can entró al salón. Miró el ataúd. Enseguida, se echó debajo del mismo. El hermano del occiso, lo quiere sacar del lugar, con gesto adusto y molesto. La vecina nuestra, que había ido al velorio le dice--No lo saque....¿sabe?...este perro estuvo con Fernando todos los días, y hasta ayer con su hermano....Entonces, se quedó sin decir nada, y dejó que se quedara. Claro, porque un amigo despedía a otro amigo.....Mingo a Fernando.

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