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martes, 2 de abril de 2013

ALGUNOS AMIGOS QUE HOY SIGUEN CON SU VIDA.

Uno que fue célebre, lo tuve en la década de los setenta, y principios de los ochenta. Manolo.Fue médico,  lo sigue siendo. Es especialista en radioterapia. Un científico, el tipo. Con él y mi familia, fuimos muchas veces, a la montaña de Mendoza, y una vez a Villa Gesell, quince días en carpa. ¡Qué hermosos días aquellos!. En enero de 1973. Veíamos películas en el auto-cine. ¿Se acuerdan los que nacieron en los cincuenta y sesenta?. Los autos en un predio inclinado, y una pantalla de pared. Se proyectaban films, y te traian una picadita al coche. Por medio de la radio del auto ,se sintonizaba el sonido. Esos días, vi Cabaret, junto a Manolo, mi familia  y otras de Mendoza. También Grand Prix. ¡Qué antiguo!. Enrique, el antiguo. Y vi otra de Fellini. Me puse a conversar mucho con amigas ocasionales. Una en especial. Liliana. Nunca lo olvido. Era de Misiones. Con ella jugaba a la paleta en la playa. Yo ese año, de 1973, empezaría a estudiar a los ovnis. Si no hubiera sido por este fanatismo, quizás, Liliana hubiera seguido siendo mi amiga. Pero nunca más la vi. Y nos escribimos un par de las que antes eran cartas de papel. Con Manolo, cantábamos en el auto de mi padre. La pasábamos bien. Era muy simpático. Saliamos a caminar a la ciudad, desde el camping. Nos bañábamos en el mar. Con mi hermana, y con mis padres. Quince días. Todo un viaje  y estadia, desde Mendoza. Luego fui dos veces más a Villa Gesell. Era nuestro lugar de citas cada año.El lugar que más repetimos en los años. Junto con Mar del Plata,claro, que está cerca. Mucho sol, música, risas, y cosas bonitas. Paisajes. Todo aunque usted no lo crea. De ripley. Y en la dimensión desconocida y descocida.
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